Instituto Tecnológico de Tepic

Administración para Ingenierías

Tareas - Unidad 1

"LA EMPRESA QUE SUPERO LA CRISIS"

    Hoy muchas organizaciones están en el mismo estado, no queriendo aceptar los cambios de paradigmas. Añorando los buenos tiempos, cuando contaban con sus clientes y mercados cautivos, márgenes libres y grandes oportunidades de evasión fiscal.

    No quieren aceptar que como ente vivo deben transformarse, desconocen las causas de su pérdida de vitalidad y de resultados; no han despertado en su interior la necesidad de comprender ¿Cuál es su misión en esta nueva etapa de la humanidad?

    Es urgente que los líderes, empresarios con coraje y determinación despierten para que detengan el proceso de extinción de sus organizaciones.

    Hoy las empresas mexicanas se encuentran atrapadas en una cápsula de cristal en donde la inercia y la costumbre, así como la falta de visión y de coraje, han llevado a su personal a nutrirse con el conflicto, la complicidad, la improductividad y la carencia de profesionalismo, que solapa los errores y el incumplimiento, convirtiéndose en organizaciones incapaces de reaccionar a las demandas de su entorno.

    Dramáticamente se agigantan los inventarios, la rotación del personal, las quejas y devoluciones de los 11ientes y llegan a niveles alarmantes las montañas de desperdicio de tiempo, de tecnología de maquinaria, de sistemas y de horas hombre.

    Ante sus ojos ven crecer a sus competidores. Se dan cuenta del distanciamiento de sus propios clientes y de la falta de integración y entrega de su personal. Cuando escucharon que otras empresas se estaban fusionando, vendiendo o rematando a otros inversionistas nacionales o extranjeros a quienes tendrán que entregar hasta su identidad y personalidad, su crisis se hizo mayor. Sienten temor de que les suceda lo mismo.

    El no aceptar los cambios mundiales que se están dando, llevan a las empresas a una carencia de acción, cubriendo su caída y dejando sus energías y potencialidades reprimidas, desperdiciadas, dando cabida a una dolorosa y temida crisis.

    Están desconcertadas confían en que vendrán mejores épocas, no quieren perder sus privilegios en cuanto ~ márgenes libres de ganancia, evasión de impuestos, proteccionismo y clientes cautivos. Su única satisfacción es recordar la época cuando eran exitosas y productivas.

    Se inundan en el conflicto, la justificación, la complicidad y la improductividad. No desean pensar..., sienten que pierden el tiempo. Sus decisiones y comportamientos ineficientes las orillan hacia dramáticos niveles dc incompetencia c improductividad.

    Anteriormente en el país predominaba el paternalismo político, social y empresarial, cuyos mercados estaban protegidos y habían convertido a los clientes y ciudadanos en cautivos, deseosos de adquirir y recibir, pero incapaces de demandar calidad, servicio y mucho menos precio. Este país se caracterizaba por ser capaz de absorber el dispendio, la improductividad, y la incompetencia de las organizaciones; en la que todos aportaban lo mínimo.

    Muchas de las empresas de este país se caracterizan por estructuras de personal, anquilosadas, inflexibles y burocráticas; carente s de compromiso y de espíritu de servicio. Padecen de una enorme cantidad de información no uti1izada, carencia de solución a los problemas y de una actitud negativa, en donde además los errores, las deficiencias y los altos costos se permiten.

    Aceptan con naturalidad el desperdicio de recursos, llegando inclusive a autorizar horas máquina parada, errores en la calidad, desperdicio de materia prima y horas extras. La indisciplina, los retrasos y los errores son tolerados y solapados, dando pie a la complicidad y al soborno.

    De pronto se presentan cambios que llevaron a un giro radical a nuestro país. A nuestro mundo.

    En su mayoría la población (empresarios, trabajadores, intelectuales. artesanos, campesinos, políticos, etc.) lo vieron con indiferencia y sarcasmo; sin saber que les podía ocurrir.

    Y dieron comienzo los cambios, teniendo consecuencias como: la inflación aumentó, el valor de: la moneda se desplomó, disminuyó la capacidad adquisitiva, se abrieron las fronteras, se inundó el país de tecnología y productos extranjeros, las tasa;~ de interés llegaron a niveles increíbles, las inversiones, disminuyeron, los costos de producción se elevaron, se inundó de productos chatarra, y los riesgos aumentaron. El Gobierno estaba en quiebra, perdía imagen y credibilidad.

    Al sufrir las consecuencias, los valores se desvirtuaron y aumentó la corrupción, los conflictos y la violencia. Y se acentuó aún más la inequitativa distribución dc la riqueza.

    Algunos consideran que las causas de esta problemática han sido: Carencia del liderazgo, desperdicio de recursos, comportamientos y creencias absurdas, falta de integración en las organizaciones, sus trabajadores. sus sindicatos, de las instituciones carentes de respuestas y obsoletas, falta de servicio y atención al cliente, parálisis cultural, falta de coraje, amor, y profesionalismo de los dirigentes.

    Los comportamientos absurdos, la ignorancia y la ceguera con que actúan en las áreas operativas.

    Así también es cierto: que este entorno cambiante, este momento histórico de la humanidad, esta avalancha de cambios ha sorprendido e inunda de incertidumbre y de ignorancia. Aún se desconocen o no se entienden los beneficios que conlleva esta etapa, en donde crecen las demandas del hombre y sus organizaciones.

    Es vital preguntarse: ¿,Cuál es la exigencia de nuestro país a sus empresas en este momento histórico?

    Comprometerse a cambiar, a incrementar la creatividad y el coraje, a enriquecer sus misiones, abrir canales de participación para optimizar los recursos y así tener la capacidad de competir internacionalmente.

    Es indispensable dejar la actitud de comodidad y dependencia e inculcar en las organizaciones una cultura vigorosa y competitiva que las sitúe en posiciones ventajosas ante el mundo.

    Deben arriesgarse a cambiar, buscar nuevas alternativas y estrategias que les permitan salir de este estancamiento decadente y den pauta a altos niveles de conciencia.

    Lograr que en las empresas prevalezca un estado mental de aceptación al cambio para que se comprometan con una misión de nuevas dimensiones y perspectivas, capaz de penetrar en lo más profundo de sus valores y creencias para así enfrentarse con decisión y coraje, no solamente a sobrevivir, sino a buscar la opción de crecer y desarrollarse.

    Con su costumbre de tratar al cliente con indiferencia, despotismo y abuso, sin considerar el respeto a su tiempo y a su dignidad como ser humano.

    En otras empresas SJIS directivos actuaron sin madurez, con infantilismo y una gran dosis de vanidad y prepotencia, incapaces de escuchar, creyendo saberlo todo y no necesitar de nadie. Esos líderes cegados por la vanidad, el poder y el falso orgullo, actuaron con autoritarismo e imprudencia, manteniendo un ambiente de inestabilidad, desconfianza y pérdida de respeto. Su autoritarismo no permitió la iniciativa, la creatividad y la autoestima de sus colaboradores.

    Es triste saber que muchas de las empresas quebraron sin saber que poseían una fue interior capaz de pensar, crear, transformar y decidir. Olvidaron que tenían todo el potencial y las cualidades de auténticos seres humanos. Trataron al personal como si fuera un objeto, como algo ajeno a la empresa; sólo ]0 controlaban y usaban. Además, le pagaban mal, abusando de] poder y aprovechándose de sus necesidades. No tuvieron la sensibilidad de entender el potencial tan increíble que existía en su interior y que consciente o inconscientemente lo convirtieron en fuerza negativa.

    La pregunta que surge es: ¿Por qué dejaron de luchar los empresarios... por ellos mismos, por su gente por su país?

    Muchas empresas que están a punto de quebrar, que están pasando por momentos difíciles, como en un ,abismo oscuro, sin esperanza y sin salida, sienten perdido el control y el cauce de todos sus miembros; actúan sin razón, sin dirección, sin aportación importante, sólo por actuar, por cumplir. Hasta llegan ~ creer que esta situación ha sido provocada para perjudicarlos. Las relaciones internas son cada vez más tensas. Las empresas se ven invadidas por la apatía, la complicidad y el individualismo, lo mismo que por los rumores, la escasez de información y el temor. Todo esto fragmenta lentamente su estructura y desintegra a sus dirigentes. Nadie toma la iniciativa ni el riesgo de actuar. Las organizaciones se debilitan en su carácter y en sus destrezas.

    Las soluciones, aprendidas de problemas cotidianos, ya no funcionan, el deterioro del ambiente interno y los impactos del medio, cada vez más frecuentes, las llevan a la depresión y a la desesperanza.

    Los empresarios que están a punto de quebrar sienten que sus debilidades pesan más que sus fortalezas. Ven que energías y esfuerzos se desperdician y su vitalidad va en descenso. Los compromisos y los plazos no se cumplen. Se sienten débiles, cansados, incapaz de razonar ante este futuro demandante. Es evidente que en el interior de las empresas acontece una serie de problemas. El mercado solicita un mejor servicio, calidad y cumplimiento en las fechas de entrega. Al no escu91arlo, las ventas y los clientes comienzan a escasear: Parece que su mercado ha desaparecido. La carencia de ingresos y la presión de los resultados los llevan a un terrible desgastes y agotamiento. El ambiente laboral se vuelve tenso y agresivo.

    Es evidente el deterioro de las relaciones entre directivos, trabajadores y sindicato.

    Se incrementa el desperdicio, las horas improductivas, los paros, ]as horas extra y la insatisfacción, así como la frustración del personal.

    Ante la crisis los directivos se comportan como empleados asalariados, sólo buscan beneficios personales, acostumbran ignorar los problemas o retrasar la solución, a los incumplimientos e ineficiencias se especializan en justificaciones y en buscar culpables.

    El divorcio de los directivos con la misión de la organización, los orienta a lo urgente e intranscendente y a dedicar los mejores momentos a sus asuntos personales.

    En los anteriores comentarios se encuentran las causas por las que muchas empresas están a punto de cerrar sus puertas.

    Los empresarios que no desean fracasar en sus negocios deben preguntarse: ¿Cuál es su trabajo, su razón de ser en esta nueva etapa?

    ¿Por qué han dejado (le preocuparse por su actualización? ¿En dónde han quedado sus ideales, aspiraciones y el coraje que los caracterizaba? ¿Quién o qué ha creado en ellos tanta desarmonía y conflicto? ¿,Por qué viven sin retos, sin desafíos, que den un mayor sentido a sus esfuerzos y a sus vidas?

    Estos empresarios tienen que desechar las actitudes, visiones y estructuras obsoletas e intentar despertar ante este nuevo mundo.

    El desafiante crepúsculo del nuevo milenio invita a dejar el pasado y a conocer las distintas tendencias y demandas de la nueva época.

    Las empresas que desean superar la crisis, deben empezar por desear ser diferentes, exitosas, querer que sus clientes, su personal y otras organizaciones las admiren por su gran vocación de servicio y su naturaleza vigorosa y emprendedora, por la riqueza de sus talentos creativos; por su personal entregado y participativo, capaz de tomar decisiones y correr riesgos; por sus sistemas de información rápidos y de apoyo; por contar con una estructura jerárquica ágil y con una imagen de aguda inteligencia y gran ambición, capaz de dar su mejor esfuerzo para satisfacer con calidad, servicio y precio las necesidade5 de sus clientes.

    Aceptar que la realidad las ha rebasado, aceptar que es el momento de su decisión, 'de comprometerse a cambiar, de examinarse y actualizar sus objetivos, valores y programas con el fin de orientarse hacia la transición.

    Deben cumplir la misión para la cual existen; y decidir entrar en un proceso de transformación y desarrollo que 1es facilite recuperar la confianza y el equilibrio, así como crear una estructura mental y organizacional que les permita convertir sus sueños en realidades.

    Las empresas deben verse como un ente con identidad propia, con voluntad, coraje y fortaleza de carácter. A través de las ideas, valores y dirección, pueden transformar la energía en poder productivo para satisfacer las necesidades de desarrollo económico, tecnológico y social.

    También deben entender que una organización es un proceso cultural-humano en donde un grupo de hombres comprometidos con su misión, evolucionan en la medida en que desarrollan sus valores, ambiciones, conocimientos y habilidades, así como su manera de relacionarse y satisfacer sus necesidades.

    ¿Cómo pueden despertar, vital izar y fortalecer su interior las organizaciones?

    Necesitan:

    1°. Clarificar, enriquecer y dar una nueva perspectiva a su misión; a la razón que sustenta su existencia.

    2°, Comprometer a todos los líderes a liberar, canalizar e intensificar la energía hacia el cumplimiento de su misión a un nivel de excelencia.

    3°. Traducir el compromiso de todos sus miembros en entrega, voluntad, esfuerzo y satisfacción, para que la energía se convierta en trabajo productivo.

    4°. Remunerar con justicia el esfuerzo, aportación y creatividad

    ¿Con qué cuentan las organizaciones para cumplir con su misión?

    Con las fuentes de poder y la fuerza productiva. Las fuentes de poder son la cultura, la misión, el compromiso, energía, creatividad y dirección. La fuerza productiva la conforman el equipo humano, recursos materiales, financieros, tecnológicos y sociales, así como las destrezas, visiones y ambiciones directivas; pero también la forman los productos y servicios y sobre todo un liderazgo plenamente comprometido con la misión.

    La interrogante que quizá surja es ¿Qué es cultura? Es el conjunto de valores, creencias, prácticas, significados, aspiraciones e ideales. Las culturas son actitudes y acciones ¡competitivas, no surgen de ola nada, sino que son creadas por líderes comprometidos que se preocupan por clarificar y definir su misión, dirección, filosofía r valores y que, a través de políticas, capacitación, ceremonias, sistemas, medios de comunicación y testimonios de sus dirigentes, convierten esa filosofía en actitudes, comportamientos y resultados.

    La "cultura" existe e influye positiva o negativamente en los resultados. (las empresas en la actualidad para poder salir adelante deben implementar en su interior una cultura vigorosa, retadora, ambiciosa y fuerte, capaz de despertar ideas creativas y acciones innovadoras que generen sentimientos de orgullo, satisfacción; y lealtad y que permitan resultados sorprendentes.

    LA ESENCIA DE UNA ORGANIZACIÓN ES SU "CULTURA "... ¡ES EL COMPROMISO CONSIGO MISMA!.

    ¿Qué deben hacer las empresas para ser competitivas hoy en día? La competitividad no es un concepto o una idea. ni es algo que se da por obra de magos o hechiceros, es un resultado. El resultado de una serie de ideas, estrategias, esfuerzos y decisiones, que un equipo de directivos comprometidos con la misión, implementan para lograr las condiciones que hacen competente una Organización.

    En si la competitividad es una actitud desafiante y retadora que encarna la acción y la voluntad de triunfar, que nos sitúa en el mundo dc hoy, cimentando las oportunidades del mañana.

    ¿Cuáles son los nombres de los gestores del cambio que darán sentido, orientación competitividad a las acciones en el nuevo milenio?

    COMPROMISO, EXCELENCIA EN EL SERVICIO, COMPETITIVIDAD EN LOS PROCESOS.

    Las empresas no deben olvidar que nacieron para gestar riqueza humana, económica social, educativa y tecnológica.

    Las organizaciones deben ser acción, servicio, productividad, satisfacción y rendimiento. ¿Qué es lo que resultado más difícil de vencer en las empresas en la actualidad. La inercia, las actitudes y hábitos, así como su carencia de visión. Pero lo más difícil es contar con el valor, el orgullo y la objetividad para enfrentar su propia historia.

    LA COMPETITIVIDAD ES UNA ACTITUD DESAFIANTE Y RETADORA QUE ENCARNA LA ACCION y LA VOLUNTAD DE TRIUFAR!.

    Las organizaciones deben cuidar no quedar detenidas en el tiempo.

    ¿Qué deben hacer las empresas para salir de la crisis o ser competitivas?

    Hacer bien las viejas actividades, con dispositivos y formas innovadoras, a fin de cumplir con los estándares antiguos y encaminar todos sus esfuerzos como equipo de trabajo hacia los puntos en donde se obstruye o detiene el proceso (cuellos de botella), así como reforzar con capacitación los puestos claves.

"LA EMPRESA QUE SUPERO LA CRISIS", Lara Castillo, Alfonso. (1998), Editorial Diana, S.A. de C. V. México, D.F. México.

Elaborado y compilado por: M. A. Zochil Palacios Castillo